El próximo Mundial de la FIFA, que se celebrará en 2026 en Estados Unidos, México y Canadá, ya comienza a generar tensiones diplomáticas antes de que ruede la pelota. Uno de los países involucrados en la polémica es Irán, que podría ver comprometida su participación en el torneo debido a medidas migratorias impulsadas por el expresidente estadounidense Donald Trump.
En 2017, durante su mandato, Trump implementó una orden ejecutiva que prohibía el ingreso a Estados Unidos a ciudadanos de varios países de mayoría musulmana, incluyendo Irán. Aunque dicha medida fue modificada posteriormente por la administración de Joe Biden, la incertidumbre resurge ante la posibilidad de que Trump vuelva a competir y eventualmente gane las elecciones presidenciales de 2024. De lograrlo, existe el temor de que reinstaure ese tipo de restricciones.

La participación de Irán en el Mundial 2026 dependerá de la situación política y migratoria que se encuentre vigente en ese momento. Fuentes cercanas al entorno de la FIFA manifestaron su preocupación ante este posible conflicto, ya que el espíritu del torneo es global e inclusivo, y cualquier limitación de ingreso a jugadores, cuerpo técnico o hinchas podría afectar el normal desarrollo de la competición.
Además de Irán, otras naciones también estarían en riesgo si se restablece la misma política migratoria. Sin embargo, la situación del país persa es especialmente delicada por su historial tenso con Estados Unidos. Las autoridades iraníes ya comenzaron a expresar inquietudes ante organismos deportivos y diplomáticos, buscando garantías para poder competir sin obstáculos.
A menos de un año de que se definan todas las selecciones clasificadas, esta situación genera dudas no solo en lo deportivo, sino también en lo político, revelando cómo los conflictos internacionales pueden afectar al fútbol, incluso en sus máximas competencias.
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